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Controles de calidad e inspecciones

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​Fugas de aire comprimido y su incidencia en los costes de energía

Las fugas de aire comprimido suponen un consumo de energía innecesario que se puede evitar con la implantación de un sistema que las detecte y las repare cuanto antes.
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En muchas de las auditorías energéticas que realizamos nos hemos encontrado con compresores de aire trabajando a presiones por encima de las demandadas por las herramientas neumáticas y los sistemas de aire comprimido, debido a la existencia de fugas en la instalación. Estas fugas generan una mayor utilización del compresor para compensar los escapes durante las 24h del día, lo que a su vez representa unos costes de energía significativamente más altos.

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En una instalación de aire comprimido, la localización y reparación de las fugas tiene una elevada importancia, ya que de la energía consumida por los compresores, únicamente un 10%-15% (dependiendo de la eficiencia del compresor) se emplea como aire comprimido, mientras que el resto son pérdidas térmicas de los compresores.

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Un sistema de distribución de aire bien dimensionado y correctamente mantenido tendrá unas fugas menores del 5% de la capacidad de la instalación.  Lamentablemente, es habitual encontrar fugas del orden del 15-20%. Los lugares comunes de fugas de aire comprimido suelen ser:

  • Empalmes rápidos

  • Filtros reguladores y lubricadores

  • Herramientas neumáticas de mano

  • Equipos fuera de servicio

 

Las fugas de aire se pueden detectar por ultrasonidos, mientras se mide el consumo de los compresores aire comprimido, con el fin valorar económicamente las fugas.

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Cada una de las fugas se sitúa sobre un plano y se priorizan para llevar a cabo su reparación y tener una base de conocimiento para la preparación de un plan de control de fugas de aire comprimido interno que conlleve su detección, reparación y revisión de manera rutinaria y exhaustiva.

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La implantación de un plan de control de fugas de aire comprimido, que permita su detección precoz y su reparación implica, por tanto, grandes ahorros económicos asociados a la disminución del consumo de energía eléctrica.

 

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El nuevo etiquetado de combustibles para vehículos de carretera en la UE entra en vigor

Las etiquetas deberán colocarse en los vehículos nuevos y en los surtidores a partir del 12 de octubre de 2018.
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Una de las medidas incluidas en la Directiva 2014/94/UE de 22 de octubre de 2014, relativa a la implantación de una infraestructura para los combustibles alternativos, establece en su artículo 7 que los estados miembros deben asegurar la disponibilidad de información pertinente, clara y coherente sobre aquellos vehículos de motor que pueden repostar normalmente con cada tipo de combustible comercializado o recargarse en puntos de recarga. El objetivo de esta medida es que los consumidores puedan identificar claramente el combustible que su vehículo necesita.

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Para dar cumplimento a esta disposición, a partir de octubre será obligatorio colocar las nuevas etiquetas de combustible armonizadas para el ámbito de la Unión Europea, de manera claramente visible, en los siguientes lugares:

  • En los correspondientes surtidores y sus boquillas en todos los puntos de repostaje.

  • En todos los tapones, o en su proximidad inmediata, de los depósitos de combustible de los vehículos nuevos para los que se recomienda o sea compatible dicho combustible.

  • En los manuales de los vehículos.

  • En los concesionarios de vehículos.

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La UNE-EN 16942 especifica las 13 etiquetas distintas para cada tipo de combustible: desde los derivados del petróleo (gasolina, diésel y gas licuado del petróleo), hasta los biocombustibles, pasando por el gas natural, el hidrógeno y sus mezclas, entre otros.

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Las nuevas etiquetas, que afectarán a los ciclomotores, motocicletas, triciclos y cuatriciclos, turismos, vehículos comerciales ligeros y pesados y autobuses y autocares nuevos, tendrán el siguiente diseño:

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